COEDUCACIÓN



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·         Inmujer.
Esta guía me parece una de las más completas, técnicas y objetivas de las revisadas. El IMIO es para mi uno de los principales referentes, los estudios, artículos, publicaciones o guías son de una profundidad y tecnicismo importantes. Así define….

Se llama coeducación a la educación integral de hombres y mujeres, llevada a cabo en convivencia, es decir, ambos géneros reciben la misma educación en una misma institución escolar, sin realizar ningún tipo de discriminación en el proceso educativo con respecto a las diferencias de sexo.


Sistema educativo que prioriza una enseñanza mixta en la que no hay diferenciación por géneros y prima la igualdad


La premisa, la bandera que enarbola este método es el principio de igualdad entre los diferentes sexos, o sea, que disponer de tal o cual género no sea un obstáculo o un problema a la hora de la educación.

Esto implicará que se descarten de plano todo tipo de diferencias y asimismo cualquier acción dominante que doblegue a un sexo sobre el otro.

En la coeducación se procurará que cada género conozca en detalle las realidades, las historias y también las diferencias que existen entre hombres y mujeres para sobre esta base desarrollar un proceso de educación igualitario, equitativo, considerando las diferencias, pero siempre tendiendo a la unidad de los seres humanos y que todos debemos ser considerados iguales ante la ley y en materia de derechos.

 
Que la educación, que es el proceso de socialización y de aprendizaje por excelencia para que una persona se desarrolle conforme, ética e intelectualmente, tenga en cuenta como pilar fundamental de su tarea educar a todos los individuos por igual, independientemente del sexo que ostenten, es sin dudas el mejor camino a seguir y a tomar porque se alecciona a los niños desde sus primeros años a respetarse más allá de las diferencias que los géneros proponen.

En las antípodas de esta forma se encuentra la educación diferenciada, también conocida como educación separada por sexos, porque justamente es un tipo de educación que separa a los alumnos dependiendo de su sexo. Este modelo es uno de los más extendidos en el mundo occidental y la excusa para sostenerlo a través del tiempo ha sido que de esta manera se estarán facilitando las mejores oportunidades para cada sexo, porque se los estará tratando específicamente a cada uno, con las diferencias propias que establece el género de cada cual.

 
Hasta comienzos de los años sesenta del siglo pasado la anterior fue la modalidad reinante y dominante, especialmente en las instituciones católicas, en tanto, en las últimas décadas, aún las más reticentes instituciones católicas fueron ampliando sus horizontes y por eso es que hoy podemos hablar de coeducación o de educación mixta en muchos colegios religiosos.




Concepto:

“La coeducación es un proceso intencionado de intervención a través del cual se potencia el desarrollo de niños y niñas partiendo de la realidad de dos sexos diferentes hacia un desarrollo personal y unaconstrucción social comunes y no enfrentados”. (Feminario de Alicante. Elementos para la educación nosexista. Víctor Orenga, Editores, 1987.)

“Coeducar no es yuxtaponer en una misma clase a individuos de ambos sexos, ni tampoco es unificar, eliminando las diferencias mediante la presentación de un modelo único. No es uniformizar las mentes de niñas y niños sino que, por el contario, es enseñar a respetar lo diferente y a disfrutar de la riqueza que ofrece la variedad” (Moreno, Montserrat. Cómo enseñar a ser niñas: el sexismo en la escuela, Icaria,

Barcelona, 1993).

“Se entiende por coeducación el proceso educativo que favorece el desarrollo integral de las personas con independencia del sexo al que pertenezcan y, en consecuencia, entendemos por escuela coeducativa aquella en la que se corrigen y se eliminan todo tipo de desigualdades o mecanismos discriminatorios por razón de sexo y en la que los alumnos y alumnas puedan desarrollar libremente su personalidad enun clima de igualdad real y sin ningún tipo de condicionantes o limitaciones impuestas en función de susexo” (Lucini, Fernando. Temas transversales y Educación en valores, Anaya, Madrid, 1998).

La coeducación supone y exige situaciones de igualdad real, de oportunidades académicas, profesionales y en general, sociales, de tal modo que nadie - por razones de sexo - parta de una situación de desventaja o tenga que superar especiales dificultades para llegar a los mismos objetivos.

Pero no podemos limitar la coeducación a una mera igualación de las condiciones de partida. La coeducación parte de la aceptación del propio sexo y de la asunción social de su identidad, de tal modo que cada persona pueda construir su identidad social desde un autoConcepto positivo y saludable. Se trata, también, de propiciar la comunicación entre las personas de ambos sexos, basándose en el respeto mutuo, en el conocimiento acertado, en la aceptación de la convivencia, en el diálogo creativo y en la superación de   sexistas como categorías hegemónicas y autoexcluyentes.

Marina Subirats (1988), expone: “La coeducación plantea como objetivo la desaparición de los mecanismos discriminatorios, no sólo en la estructura formal de la escuela, sino también en la ideología y en la práctica educativa. El término coeducación ya no puede simplemente designar un tipo de educación en el que las niñas hayan sido incluidas en el modelo masculino, tal como se propuso inicialmente. No puede haber coeducación si no hay a la vez fusión de las pautas culturales que anteriormente se consideraron específicas de cada uno de los géneros.”

La coeducación es una tarea global a la enseñanza, pues implica un proceso por el que se pone en tela de juicio qué enseñamos, cómo enseñamos y por qué enseñamos. No se trata de crear áreas nuevas, sino de tenerla presente en todas. Educar para la crítica, la convivencia, el compromiso, la creatividad y la justicia.



La coeducación implica: reconocer –y valorar- la diversidad de los chicos y de las chicas y hacer de ello una ventaja, un enriquecimiento cultural y una aportación de  valores y prácticas tradicionalmente asociados a las mujeres. Rehuye, por lo tanto, en el fondo y en la forma, de los modelos tradicionalmente patriarcales –entiéndase importantes porque masculinos- y neutralizadores por asimiladores, para convertirse en un espacio compartido en el que los estereotipos, las desigualdades sociales o la jerarquía cultural desaparecen.

PRINCIPIOS DE LA COEDUCACIóN:

Coexistencia de actitudes y valores tradicionalmente considerados como de hombres y mujeres de tal forma que puedan ser aceptados y asumidos por personas de cualquier sexo.

Desarrollo completo de la personalidad sin las barreras del género, corrigiendo el sexismo cultural e ideológico y la desigualdad social entre hombres y mujeres.

No reconocimiento de rasgos que determinan «lo masculino» y «lo femenino», sino que trata de desentrañar los componentes sociales, antropológicos, históricos, etc. Para tenerlos en cuenta, pero no para inculcarlos de una forma dogmática y apriorística.

Educación integral, y por lo tanto integradora, que no oculta el mundo y la experiencia de las mujeres.

Cuestionamiento las formas de conocimiento socialmente dominante.

Práctica de lenguajes diversos, abiertos a la comunicación interpersonal. Supone y exige atención sobre los procesos de la afectividad y la sexualidad.

Es una tarea que no se reduce al ámbito de la enseñanza, pues pretende llegar a la transformación de las estructuras y de las concepciones sociales que mantienen una clara situación discriminatoria

ESTRATEGIAS COEDUCATIVAS:

Utilizar un lenguaje que represente a ambos sexos.

Ampliar las oportunidades educativas y formativas de todas las personas.

Convivir hombres y mujeres desde lo que somos, desde nuestra historia, desde lo que hemos aportado al conjunto de la humanidad.

Dar el mismo valor al hecho de ser hombre o al hecho de ser mujer.

Educar a hombres y mujeres completos, proporcionándoles saberes que les ayude a entender este mundo, dándoles la oportunidad de conocer y trabajar sobre sus emociones y sentimientos, estimulándoles a tener en cuenta lo que necesitan e interiorizando que son necesarios para las personas con las que conviven.

Educar para que los niños y las niñas se sientan bien, siendo lo que quieren ser.

Potenciar el desarrollo integral de las personas, sin condicionar el desarrollo de las capacidades según el sexo.

Prevenir la violencia de género. La coeducación ayuda a desterrar las mentalidades sexistas y las actuaciones discriminatorias que son las bases que sustentan conductas que provocan y/o justifican la violencia de género.

Prevenir la violencia de género pasa de manera imprescindible por actuar desde la educación no sexista como medida más eficaz de prevención, especialmente en la escuela y la familia, actuando desde la primera infanciapara ir erradicando roles sexistas y facilitando el desarrollo integral del alumnado sin estereotipos de género



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 Comparto con esta autora que me gusta mucho, Marina Subirats y que  plantea diez claves para el desarrollo de la igualdad en educación:
1.- Hacer el máximo esfuerzo para que niñas y niños vayan a la escuela, al menos en las edades de escolarización obligatoria. Analizar qué pasa con las niñas de determinadas etnias o religiones, que a veces desaparecen de la escuela a los diez u once años, y presionar a las familias con todos los recursos legales disponibles para que no abandonen los centros educativos antes de los 16 años

2.- Seguir afirmando la necesidad de que niñas y niños acudan a los mismos centros educativos y compartan las mismas aulas, afianzando y mejorando las escuelas mixtas,  aunque ocasionalmente puedan crearse grupos sólo

de niños o sólo de niñas para tratar algunas materias o algunas actitudes específicas.

3.- Promover el acceso de las niñas, en igualdad de condiciones, a todas las formas de cultura, conocimientos, currículo, actividades, recursos, juegos, deportes, etc. a los que tienen acceso los niños.

4.- Analizar los elementos de poder y autoridad, de uso del lenguaje, de uso de los espacios y los tiempos, los libros de texto, el currículo oculto, las formas del deporte, etc. presentes en la presencia de mujeres e  invisibilidad a las niñas.

5.- Establecer un plan de trabajo para modificar las pautas sexistas que han aparecido en el análisis y crear mecanismos regulares para la intervención y el cambio de contenidos y actitude

6.- Modificar la distribución de poder en los centros de modo que los cargos de dirección y de toma de decisiones

tiendan a ser paritarios entre mujeres y hombres o que sigan las proporciones de presencia de mujeres y hombres entre el profesorado.

7.- Rescatar e introducir sistemáticamente la figura de mujeres que tuvieron relevancia en algún ámbito de la cultura o la sociedad e integrarlas en la cultura escolar paralelamente a la figura de hombres prominentes.

8.- Rescatar e introducir sistemáticamente elementos característicos de las tareas de género que tradicionalmente se consideraron propias de mujeres y mostrar su interés y su importancia para la sociedad, así como el valor educativo que tienen también para los chicos.

Al mismo tiempo, reconsiderar los contenidos de los currículos desde el punto de vista de los aprendizajes básicos para la vida productiva y reproductiva, y utilizar ejemplos procedentes del ámbito productivo y también del ámbito doméstico. Eliminar los estereotipos de género en la elección de estudios profesionales y estimular la elección de estudios técnicos en las chicas y de estudios sociales en los chicos.

9.- Enseñar a las niñas a participar con eficacia en los juegos y deportes típicamente masculinos y socialmente más valorados y al mismo tiempo enseñar a los niños a jugar y participar en los juegos de las niñas, valorando los aspectos positivos y educativos que estos contienen, así como los elementos de diversión. Eliminar toda forma de etiquetaje respecto de lo que “es normal” para los chicos o para las chicas, así como cualquier juicio de valor respecto de los comportamientos que difieren de los estereotipos de género.

10.- Reconsiderar toda la cultura escolar a la luz de valores tradicionalmente femeninos, como el respeto a la vida, la cooperación, el apoyo a las personas, etc. mostrando toda la importancia humana que tales valores contienen y dándoles mayor realce en el mundo educativo, mientras se rebaja, al mismo tiempo, el valor de la competitividad, la violencia y la agresividad y los elementos que enfatizan la importancia de la destrucción

de la vida frente a los que enfatizan su preservación


 Y por último recojo éste texto que me ha resultado interesante, presentado por la universidad de Cantabria,fruto de estudio en Master del profesorado; hace un registro  histórico del término y del hecho en sí y su evolución en el tiempo hasta la actualidad.

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